domingo, 28 de diciembre de 2008

Tic Tac

Tic tac, tic tac… Yo no tengo ganas de contar el tiempo, hacerlo ahora sería registrar la magnitud de tus ausencias; sí, en plural, porque hacerlo en singular falsearía el significado de tu presencia; sí, en singular, porque ésta sintetiza lo que deseo.

Tic tac, tic tac… Transcurre eso que llamamos tiempo, y yo quisiera que también culminara la dilatada procesión de recuerdos que únicamente sirven para saber que estás lejos, en tu terruño; en una etapa antisocial que para mí es puro veneno.

Tic tac, tic tac… El silencio es un momento atroz en estas circunstancias porque los recuerdos dejan de ser susurros y se convierten en estridentes ruidos. La imaginación empieza a jugar con el pasado, ese juego cruel que empieza por decir: si hubiera…

Tic tac, tic tac… Luego viene una estupidez en forma de espejo y se nos para enfrente y nos reconocemos, pero simulamos y nos sorprendemos para inventar que no lo sabíamos; aún así, nos reflejamos más claramente en ese objeto.

Tic tac, tic tac… Y no se puede más que escribir o leer. Leer mucho, enterarse de otras cosas, saber que gente muere y mata; que el ojo del huracán no está acá. Escribir mucho para decir todo lo que no se ha dicho, aunque no esté presente el destinario.

Tic tac, tic tac… Este día no va a terminar antes porque yo lo decida; hoy no vas a regresar porque yo lo desee. Es curioso cómo llega uno a creer que su versión de las cosas es la definitiva; es extender la alfombra de mi existencia para tu regreso.

Tic tac, tic tac… Hago uso de mi irresponsabilidad, le doy libertad para evitar mis quehaceres, que no son más que otra forma de medir el tiempo, otro reloj del que no voy a ser manecilla, porque así se pasa fácilmente de la desesperación a la desesperanza.

Tic tac, tic tac… Especular qué estarás haciendo ahora que tecleo para bordar tus ausencias. Aventurar algunas hipótesis, unas muy desgracias; otras, sumamente afortunadas. Me rasco la cabeza, miro a todos lados, ¿dónde está Lucía?

Tic tac, tic tac… Se aparece la angustia para decirme que regresará otra persona que jamás me conoció; no le creo. Llega el espanto y me dice que sí me reconocerá, pero sólo porque ello es necesario para olvidarme; no le creo.

Tic tac, tic tac… Nada más han transcurrido quince minutos, unas canciones, pero no pasa nada; no sucederá, no esta noche que se cae sobre el departamento que estoy desocupando para no volver jamás.

Tic tac, tic tac… Dejar constancia es lo que puedo hacer, por ahora. Enterar que durante este tiempo pasó todo sin dejar ningún rastro, sólo palabras que buscan a tus ojos…

5 comentarios:

Anónimo dijo...

me ha agrado esta "miscelánea" como tu la nombras, aunque para mi es una de las tantas formas de escribirle a la nostalgia por ese "alguien" que no está en donde lo buscamos y no responderá hasta cuando....

o como diría Calamaro.- nostalgía de escuchar tu risa loca, aparte no se puede sentir nostalgía de algo tan reciente, creo.

y cuidado cuando la imaginación empieza a jugar, ya que puede ser como lo describe la letra de Sabina en la voz de Los Rodriguez (todavía una canción de amor) la muerte es una amante despediada que juega sucio y no sabe perder.

llegará la última entrega de este 2008?

saludos y abrazos,

Victor Castillo dijo...

Coltrane Domínguez:

Veo que está leyendo y comentando mucho últimamente en esta columna, lo cual es una noticia agradable.

Pues no sabemos si llegará un último posteo en lo que queda en este año.

Suerte y abrazos.

Anónimo dijo...

caaalmado!!!

otra cita de Calamaro.- tenemos tiempo para todo y no hacemos nada, bueno no de forma textual ya que si estoy ocupado en el trabajo, solo que me llego esa idea del rock star Calamaro.

mmm creo que llegará!

saludos y abrazos,

Victor Castillo dijo...

Muy bien carnalazo, ya está listo el último posteo del año, ahora sí, lo juro, jajaja.

Nos vemos al ratón, Havana Club, mediante.

zafreth dijo...

tache por cierto, para que no se te olvide