viernes, 28 de diciembre de 2007

La Puta y la Ballena (Filmografario II)

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Carta Abierta se despide para siempre… del 2007, y les desea lo mejor para el siguiente ciclo anual.
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Abstract: Last week of 2007 year, I tell you about incredible picture: La puta y la ballena (The whore and the whale). More than a picture it’s a life’s message. Some times, some people teach us life’s key. Everybody has its favorite pictures, its favorite teachers, but you need to watch this one.

I couldn’t find soundtrack of this picture so, this week we don’t have music to download.

Be happy and have an Extraordinary New 2008 Year.

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Acá no se va a encontrar la sinopsis de la película, ni siquiera un resumen. La intención de los filmografarios es mostrar la capacidad de impacto de ciertas películas sobre el redactor. Cómo entre guionistas, directores y actores son capaces de “co-fundir”, en ocasiones, nuestros relativamente rígidos, estilos de vida.

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Ficha técnica de la película La puta y la ballena:

Dirección: Luis Puenzo

Países: Argentina y España

Año: 2004

Protagonistas: Aitana Sánchez-Gijón (Vera), Leonardo Sbaraglia (Emilio), Miguel Ángel Solá (Suárez), Mercé Llorens (Lola)

Guión: Luis Puenzo, Lucía Puenzo y Ángeles González Sinde

Música: Andrés Goldstein y Daniel Tarrab

Fotografía: José Luis Alcaine
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“Aunque me cueste admitirlo, la vida nos separó más que la muerte”

Emilio escribió esa frase mientras recordaba a Lola… tenía que ser, no se podría escribir algo así sin evocar a una mujer ¿qué se ama, que se amó? A partir de ese momento uno puede creer de qué va la trama, pero no y sí es verdad. ¿Qué trama de amor no se parece a las que la precedieron o a las que la sucederán? Por otra parte, si uno no siente desde el enamoramiento que está inventando el amor, entonces se trata de otra cosa.

“La mujer es más valiente que el hombre; los hombres sirven para enamorar, hacer cosas artísticas, sacar fotografías, componer un tango o volar un avión, el que se anima… pero cuando de veras hace falta un hombre, hay que llamar a una mujer.”

Suárez, decía Emilio −un hombre de esos a los que les gusta dar cátedra. Tanguero, bandoneonista, cafillo y hotelero. Hay hombres que no conocen el amor desde otra trinchera que no sea el machismo, pero no hablo del macho biológico, sino del cultural. Pero esto no les preocupa porque sólo creen en lo que dicen y hacen. Es una terquedad elegante, un imán que atrae a algunas mujeres como Lola, que parecía que dejaba un destino distinto en cada cama.

Algunos personajes cinematográficos son apasionantes por lo que son, y lo menos que necesitan es que el guionista, el director e incluso el actor, atisbe algún detalle que explique el porqué de su forma de ser. Es como explicar el chiste antes de contarlo, o peor aún, después de haberlo hecho.

“Ésa ya no eras vos, eras una invención mía o de Suárez.”

Cuando le robas la identidad a una persona, la hieres de muerte; más aún cuando ésta no lo nota. Emilio robó y vendió la identidad de Lola a pesar de que la amaba, a sabiendas de que simultáneamente hacía lo propio con la suya.

Lola fue la corista de la compañía española, la amante de Emilio o la puta de Suárez. Un recuerdo, un amor, una pasión, pero no se lo dijeron a tiempo. Hay distintas velocidades para vivir la vida, en algunas de ellas este tipo de preguntas no se hacen.

“Cuando la gente habla del mar, habla de la superficie: −Debes tener cuidado, no te metas muy hondo; de las ballenas ni una palabra.

−Había un pibe que siempre se preguntaba: ¿A dónde van las ballenas cuando se van? (…) Un día dejó de preguntar y se fue a nadar con las ballenas. Allá abajo se ve todo al revés, la superficie es un cristal brillante, las ballenas vuelan.

El pibe se dio cuenta que el mar se ve al revés desde la costa, que del fondo se ve tal cual es. Tuvo un poco de miedo… se acercaron mucho y tuvo miedo... −Un misterio soy yo, pensó el pibe. −Y ahí se avivó que todo es relativo, que es muy poco lo que podemos entender. Así que dejó de preguntarse a dónde van las ballenas y se conformó con esperarlas.

−Y ¿a dónde van?

–Qué sé yo, algo les dice que se tienen que ir… y confían,… un llamado, el mandato de la especie, las migraciones del alma… hay algo que las lleva a destino.

−Hay mi vieja, aunque no lleguemos a saber dónde han estado.”


Ni cinco minutos dura la conversación que tuvo el nieto de Suárez, Ernesto, con una mujer mayor que estaba por morir. La música de fondo, la voz de los actores, la fotografía. La mezcla de dos épocas con setenta años de distancia. Lucimos como las marionetas de la tristeza, la soberbia, la ignorancia, los errores… ¿y los aciertos, la humildad, la felicidad?

Me parece que la felicidad, la de cada uno, es igual que una ballena. Hay que meterse a la vida con ella, nadar juntitos, tocarla, explorarla. Salir a tomar el aire y regresar. Porque puede ser que al otro día que regresemos haya partido, y aunque suelen regresar tal vez nosotros no lo hagamos, quizá ya no seamos los mismos ni ella ni nosotros.

Puede ocurrir lo que le sucedió a la felicidad de Lola y de Vera, que se quedó varada en la playa y uno no sabe el porqué. Y todos quieren que regrese a su lugar: el mar: la vida. Empeñados los hombres la empujaban hacia el océano; otros más, le mojaban la piel de su cuerpo para que no se resecara, para espantar a las gaviotas que la lastimaban. Lola la quería abrazar, meterse dentro de ella, pero fue inútil. La piel de una ballena es tan dura y su longitud tan grande. Es increíble la fuerza de la intención con que los seres humanos queremos ayudar a que la felicidad le suceda a alguien, quizás en el entendido que todos nos sentimos unos infelices y deseamos que a alguien le suceda algo especial y seguir con la esperanza de que un día, tal vez, se trate de nosotros, aunque lo hayamos dejado de creer hace tiempo. Hasta Suárez que fue un ciego hijo de puta para Lola, al escuchar de la ballena encallada, gritó con ¿temor, alegría, ilusión?: −¿¡Cómo es!?

En el párrafo anterior mencioné por primera vez a Vera. Mujer, madre y escritora, que ve cómo su mundo se desmorona ante una fatal noticia de los médicos. Su vida se vuelve un ciclón sin rotación que encuentra algo de pausa en una historia perdida, contada por un fotógrafo argentino asesinado en la guerra civil española. Un fotógrafo (Emilio) que le escribió cartas a Lola, las cuales nunca le envió.


Vera viaja a la Argentina, quiere estar sola, rodeada de gente desconocida que no le recuerde que se va. Dejó su vida en España: su hijo. Del otro lado del mundo se inventa un motivo para sobrevivir.

Ese motivo fue la vida de Lola. Por encargo del editor se fue a la Patagonia a investigar. En su estadía en el sur del continente americano, se opera un tumor; luego, se enamora. Una vieja al borde de la muerte la confunde con una catalana que conoció en los años treinta. Le notifican metástasis. Vuelve a escribir después de varios años. Se entera que una ballena está varada en la playa de Puerto Valdés, e intuye que es la misma que quiso abrazar Lola.

Vera bailó un tango con el pasado y con su muerte.

“En el aire se escuchan las palabras olvidadas; si uno las repite, las cosas vuelven a pasar. Yo escribo, por si eso fuera cierto, las que nunca te dije.”

Uno se pregunta qué es la felicidad, recién lo pregunté en una tertulia. Silencios, reclamos y una respuesta. Pero supe que todos la conocieron, la conocen o lo harán. Lo que pasa con palabras como esa o libertad, es que no tienen un lugar fijo.

“¿Quién sos vos cuando no te miran?”

“Di lo que quieras, pero no pidas perdón”

“No sé cómo eras antes, pero sos hermosa”

Uno va quedándose sin referentes, sin espejos, sin las palabras que nos van definiendo, esas que aprendimos a diario desde niños por nuestros padres, nuestros hermanos, la familia, los amigos. Descubrimos que algo de ello sobrevive cuando alguien nuevo aparece en nuestras vidas y percibe y nos describe como lo hacían los demás hace años, pero también nos descubre algún detalle diferente y así nos enteramos que hemos cambiado.

Las voces de la niñez y la adolescencia desaparecen, dejamos que el anticuario que todos llevamos adentro, las guarde.

La puta y la ballena es una película hermosa, llena de significados y significantes a la espera de que los llenemos. La música, las escenas y las actuaciones me hicieron llorar durante la película. Desde entonces mi ballena está cerca de la costa. No es sensiblería barata, creo que a todos nos ha pasado, pero también sé que todos lo vivimos de manera distinta.

Hacia el final de la película, entendí una cosa más. Un diálogo entre dos de los protagonistas me reveló algo, pero no quiero explicarlo hoy:

“−¿Vas a comprarla?
−Sí
−¿Y vas a leerla?
−Sí
−Entonces, voy a escribirla.”

Hasta hace un par de años quería saber, conocer y entender todo, no veía murallas. Leía y leía, veía en todas direcciones buscando significados y acuñando símbolos. No es que ya no lo haga, pero la intención ha cambiado. Aprendí que lo que necesito es tan pequeño y secreto, que no lo iba a encontrar muy lejos de mí. Ya no me interesa saber el Todo, el Cosmos, la Vida, la Humanidad… qué sé yo. Después de todo: …es muy poco lo que podemos entender, y a cada uno nos corresponde una parte de ello.

6 comentarios:

Horacio dijo...

la primera frase tomada de la peli me recuerda la rola de joy division
"love will tear us apart".
feliz 2008!
abrazoooooooooooos!!!!!!

Horacio dijo...

acá sigo leyendote, me tengo que poner al corriente porque hace rato que no hya actividad mia por ninguna parte por la escuela pero ahora que todavia me quedan unos dias de descanso me veras mas,
saludos

Sandra Becerril dijo...

Ah qué crees, no la he podido ver porque mis hermanos se apropiaron del dvd buaaaaaaa
pero pronto, pronto!!

Muy muy muy feliz 2008, besos!

Victor Castillo dijo...

Horacio:

Tienes que ver este documento, porque más que película es un documento.

Feliz 2008 para vos y tu familia.

Nos seguimos siguiendo la pista por los blogs.

Suerte y abrazos.

PD: Voy a buscar esa rola porque no la conozco.

Victor Castillo dijo...

Sandra:

Tache, tache, tache, jejeje. No mentira, pero ve la película, te va a encantar.

Besos y abrazos.

victor Rocco dijo...

espero no averme equivocado ahora jijiji, si es como la linea que me gusta, bien compadre, porque las letras son la sbia de las venas del alma, felicidades desde chile.