–Cuando se los dije a los amigos del posgrado y luego a los primos, lo
ignoraron. Era 2008; mi argumento provenía de la intuición más que de la razón:
están militarizando al país porque los levantamientos sociales vendrán, mas no
una revolución –le contaba el abuelo Jesús Manuel a su nieto Manuel.
–Verás, Manú, con el paso de los años entendí que hay que repetirse en
la cabeza muchas cosas para atentar eficazmente contra el olvido. Allá por el
2019, surgió un tipo al que se le ocurrió que habría que tener votaciones para
integrar los partidos políticos y, más importante, que en un país con tan bajo nivel
educativo al que había sido muy fácil manipular, que el sistema de política
económica tendría que ser elegido, principalmente, por los mexicanos cuyos
estudios hubieran sido financiados con gasto público. El tipo fue acusado de
retrógrada, fascista y manipulador. Pero luego de que un candidato presidencial
fuera asesinado en campaña por segunda ocasión, el argumento tuvo mucho
eco en la gente que, para entonces, ya asociaba la idea de política económica
con sistema electoral.
–Las tensiones fueron muy fuertes, pero con más de medio millón de
asesinados por el llamado crimen organizado y cerca de 100 mil desaparecidos, el
viraje se dio, pero no como lo había imaginado ese tipo. Los conservadores del
país y otros internacionales con intereses acá, esgrimieron argumentos sólidos
en contra de lo que pasaba y hubo consenso, porque al final es capitalismo, no
cuento de hadas.
–Se tomó la inesperada decisión de adherirse en definitiva a la política
económica mixta que aún proclama nuestra Constitución y sólo votar a los
ejecutantes. Eso mató dos pájaros de un tiro. Por un lado, se desincentivaron de
manera importante a los grandes intereses privados en la política nacional,
pues dejaron de ser operadores de intereses “exopúblicos”; por el otro, se
permitió que los mexicanos votaran por los integrantes de los partidos
políticos y los candidatos a gobernar municipios, estados y al país.
–¿Lo ves, Manuel? –dijo el abuelo emocionado–, muchos ya no quisieron gobernar sobre un esquema político
económico mixto. Los mexicanos empezaron a votar por personas que iban a
decidir sobre un cuerpo filosófico, ideológico y político diferente a los
últimos 70 años, dado que el llamado “neoliberalismo” empezó acá en 1990.
–Abuelo, –dijo Manuel, condescendiente– estamos habitando la luna, Marte. Lo de Tesla ha tumbado a las cinco hermanas de la energía, como las
llamas. Muchas de las leyes de la “economía antigua” ya no son válidas, el concepto
de riqueza ha cambiado y…
–… Y sí, ya sé –dijo el abuelo desesperado–, amor, en mi época, cuando
votaban las mujeres era algo natural…
–No, abuelo… –replicó Manú, con intensidad– a lo que me refiero es que
tu Marx ya no es válido con todo y sus leyes…
–¡Marx es válido aquí y en China!…
–Sí, los chinos hicieron posible la Luna y Marte; no dinamizaron económicamente
su oriente y eligieron el exterior, pero porque en ese momento la coalición de
la Cruz occidental y la Luna oriental acababan de incinerar medio planeta…
–Mi amor, quise decir que Marx sigue siendo válido, sólo ha salido
fuera del orbe…
–¡No, abuelo, Marx tiene lógica tangencial, pero no histórica. No
teorizó una sociedad, sólo propuso una reapropiación de los medios de producción.
Hizo cagada las argumentaciones monetaristas, no más. Los marxistas no propusieron
un sistema de organización social…
–Ya no hay libros de Marx –dijo el abuelo condescendiente–; sólo lo
conoces en los resúmenes de los chips cerebrales. Nunca tuve buena memoria,
pero hay algo más que el buen sistema político que tenemos, Aunque nuestro país
haya alcanzado 13 años de estudio cursados en promedio y las ciencias sociales
sólo las estudien los lunares y marcianos, somos un mejor planeta que cuando
izquierda y derecha se contraponían, pero no el ideal…
–Padre, ya dejá de contarle historias a Manú… –dijo el padre de Manú
alterado y bromeando, quien llegó de prisa –Está por graduarse como hermeneuta
con especialidad en exoplanetas y vos le tirás un rollo antiquísimo…
–Y vos –dijo el abuelo como si se tratara de su última enseñanza–,
seguís hablando como argentino cuando eres más mexicano que el pozole.
–Padre, el arrepentimiento es una de las formas que adquiere la negligencia;
fuiste el primer Presidente elegido para realizar una política económica que fue
contra nuestros intereses y nos dejaste sin plata…
–Mi’jo, el dinero ya no vale como antes; Manú está bien y es lo que
importa.
–Manú, vámonos; nos espera tu madre –dijo Jesús, sonriéndole a su
padre–.
–Padre amado –dijo Jesús con cariño–, nos vemos pronto.
El abuelo pensó: huitlacoche…
4 comentarios:
¡Esto tiene que convertirse en novela!
Me gusta tu idea, Agus... Ambiciosa, pero me suena...
Por cierto, ¿no fuiste tú quien me platicó esa idea de votar por la integración de los partidos?... No logro recordar quién me hizo ese aporte; quizás una de mis personalidades...
Queridísimo roedor de Sonora... Hace un poco más de unos 30 años empecé a escribir una novela que roza tangencialmente la idea que aquí propones (ya ves... estoy "hablando" casi como mexicano, jajaja) y por eso adhiero fuertemente a la invitación que te hace Bugalú.
Ya sé que lleva mucho tiempo de investigación, pulir el estilo, sanear incoherencias, etc. etc. pero te podría dar unos pantallazos a ver si te convences.
Abrazo fuerte y a seguir!
El Coltrane de la Patagonia
Mi estimadísima Cobra de Ushuaia, un placer tener noticias tuyas; ¡ah, viene a mi memoria ese cordero delicioso!
Quizás sos vos el que me habló eso de votar la integración de los partidos; qué más da, la idea creo que es muy buena. Pues ya dos tipos, a los cuales admiro bastante, me han conminado a lo de la novela y me embarcaré en el proyecto. Espero esos pantallazos...
Abrazos hasta el sur argentino.
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