El cansancio como tobogán de mis párpados:
No quiero hablar de vos, quiero verte; quiero ver que caminas hacia mí con tu bolso marrón, con la broma impaciente que tu boca no sabe contener, con alguno de esos largos vestidos que no hacen más que prolongar la develación de la ópera prima de mi quiromancia entre tus muslos.
No quiero hablar de vos, quiero pensarte en silencio, si es que se le puede llamar así a la calma que harta a esta habitación poblada de aparatos, papeles, muebles, cables y libros; que no hacen más que preguntarme cómo sos, porque has de saber que no guardo ni una foto tuya.
No quiero hablar de vos, quiero escucharte decir una de tus tantas frases acompañadas de esas gesticulaciones que ni Marceau ni Groucho, lograron; y ego esos aspavientos corporales que reconfiguran tu estética si eta para transformarla en un carnaval de oxímoros.
No quiero hablar de vos, quiero tocarte con el pretexto de cruzar la calle, de que hace frío, de hacerte voltear a ver a ese lado, de detenerte a mirar aquel libro olvidado. Que no medie ni Carta Abierta ni Rayuela ni el msn ni el móvil ni la espera ni la calle; que sólo medie un tímido viento a contrapunto.
Los párpados como tobogán de mi cansancio:
Quiero hablar de vos para poder decir que eres y no la Maga ni Auxilio Lacouture, porque ellas inventaron a Cortázar y a Bolaño, para que vos inventes a Castillo.
Quiero hablar de vos para que los cientos de Woody Allens que me cargo sin querer, te arranquen esas risas que sueles ahogar para no carcajearte.
Quiero hablar de vos para ver si así logro cazar tu nombre escurridizo que por el pasillo anda dando vueltas: travieso, incansable, etéreo. Sentado acá, volteo a verlo y desde la puerta me mira azuzón y en suspenso.
Quiero hablar de vos para ver si de esa forma saco a mi vocabulario e imaginación del hospital; siguen en terapia intensiva; a ambos ya los han desfibrilado pero solicitan el diccionario y el mundo que encuentran en vos.
No quiero hablar de vos, quiero verte; quiero ver que caminas hacia mí con tu bolso marrón, con la broma impaciente que tu boca no sabe contener, con alguno de esos largos vestidos que no hacen más que prolongar la develación de la ópera prima de mi quiromancia entre tus muslos.
No quiero hablar de vos, quiero pensarte en silencio, si es que se le puede llamar así a la calma que harta a esta habitación poblada de aparatos, papeles, muebles, cables y libros; que no hacen más que preguntarme cómo sos, porque has de saber que no guardo ni una foto tuya.
No quiero hablar de vos, quiero escucharte decir una de tus tantas frases acompañadas de esas gesticulaciones que ni Marceau ni Groucho, lograron; y ego esos aspavientos corporales que reconfiguran tu estética si eta para transformarla en un carnaval de oxímoros.
No quiero hablar de vos, quiero tocarte con el pretexto de cruzar la calle, de que hace frío, de hacerte voltear a ver a ese lado, de detenerte a mirar aquel libro olvidado. Que no medie ni Carta Abierta ni Rayuela ni el msn ni el móvil ni la espera ni la calle; que sólo medie un tímido viento a contrapunto.
Los párpados como tobogán de mi cansancio:
Quiero hablar de vos para poder decir que eres y no la Maga ni Auxilio Lacouture, porque ellas inventaron a Cortázar y a Bolaño, para que vos inventes a Castillo.
Quiero hablar de vos para que los cientos de Woody Allens que me cargo sin querer, te arranquen esas risas que sueles ahogar para no carcajearte.
Quiero hablar de vos para ver si así logro cazar tu nombre escurridizo que por el pasillo anda dando vueltas: travieso, incansable, etéreo. Sentado acá, volteo a verlo y desde la puerta me mira azuzón y en suspenso.
Quiero hablar de vos para ver si de esa forma saco a mi vocabulario e imaginación del hospital; siguen en terapia intensiva; a ambos ya los han desfibrilado pero solicitan el diccionario y el mundo que encuentran en vos.
2 comentarios:
alguna otra nueva musa en escena?
o como diría Calamaro: otra ilusión que llega?!
saludos y abrazos,
Coltrane Domínguez:
Acá la única musa es la extraordinaria e imprevisible Lu, mejor conocida en los bajos fondos informales como la Maga.
Suerte y abrazos.
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