¿Cómo debo dialogar contigo?
Lo pienso mucho tiempo y luego, ya te has ido.
Recoges tu cabello y ensayas la sonrisa;
que pronto hace estallar en tu cara a esa niña.
La que se escondía de las balas de la guerrilla,
la que por el miedo, no sentía raspadas sus rodillas.
Pienso tu infancia y veo tu prisa,
Como si la desesperación narrara toda tu vida.
Tus palabras que no se esperan al decir algo;
salen de tu boca creyendo que aún tienes ocho años;
huyen como no pudieron hacerlo algunos amigos,
familiares, vecinos del barrio, hoy desaparecidos.
Palabras extraviadas en el aula, a ti voltean y ven su casa.
Se dan cuenta que ya no está más esa niña asustada.
A tus labios se precipitan convencidas que ya no hay balas
Descansan y respiran su nueva y cambiada morada.
Redondamente bonita, así es tu cara, así es tu vida.
Hoy por la noche, El Salvador dormirá en tu regazo,
perfumado y endulzado por las canelas de tus brazos
Hoy con tus párpados, él dormirá su noche en tu vigilia.
Redondamente bonita, así es tu cara, así es tu vida.
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