Primera Parte
La intención de esta primera entrega es reivindicar la importancia que tiene el Sentido común en nuestras vidas; no sólo en las interacciones familiares, fraternales y/o profesionales, sino también en el terreno del conocimiento y su constante expansión. En la Segunda Parte (28 de septiembre), se pondrá énfasis en las áreas de las Ciencias factuales y el Derecho. Particularmente porque en estas dos ramas del conocimiento humano, a diferencia de otras como la Política, la Sociología o la Economía, la trascendencia del Sentido común no es tan nítida o es común no darle la jerarquía que merece.
Antes de entrar en materia, es conveniente exponer una definición general del Sentido común:
“…un saber muy elaborado, que inconscientemente utiliza representaciones complejas, de origen histórico y social y expresadas por el lenguaje; la experiencia empírica, el sentido común del hombre de la calle persuadido de no tener ninguna idea preconcebida, arrastra de hecho, inconscientemente un bagaje conceptual que tiene una larga historia detrás de él, producto de la educación, del ambiente social, etc. La psicología moderna ha demostrado claramente la inanidad mítica del hecho puro; el hombre más primitivo juzga cualquier acontecimiento, cualquier ser, en función de un mundo de representaciones, sin hablar de los arquetipos inconscientes que de vez en cuando pueden aflorar a la conciencia.” (Wikipedia)
Empezaremos por decir que el Sentido común nos facilita la vida porque muchas veces sin agotar un tema, una discusión o un debate, y por medio de su posposición o reubicación en un terreno “neutro”, respecto a lo que se trate, suele aparentar que lo resuelve en tanto se dan las condiciones necesarias para una real solución, si es que existe tal cosa. Esta es una virtud inigualable del Sentido común y, sin embargo, tan poco percibida.
Tendríamos que insistir en que el Sentido común, al igual que todas las representaciones intelectuales que elaboran las personas, no es una entelequia estática, sino que al depender de la experiencia de uno y/o varios individuos, el acervo de configuraciones del mundo que los rodea va cambiando y se va enriqueciendo al ritmo de cada persona o grupo. El elemento dinámico de este Sentido le es imprescindible.
También es menester advertir que el Sentido común al estar, en parte, nutrido por el cúmulo de experiencias individuales y sociales, diferirá no sólo en tiempo y espacio, sino también entre individuos (subgrupos sociales) de una misma sociedad. Esto no es un dique insalvable dado que no es exactamente una comparación entre cúmulos de conocimiento o de experiencias, sino una comparación entre la representación de elementos comunes en el individuo o entre individuos.
Ejemplo 1
Cuando Celedonio Martínez, campesino del Municipio de Cuahuistla, Cuautla, Morelos, en compañía de su bisnieto, meteorólogo egresado de la universidad, observaron el cielo y distinguieron con calma que se nublaba rápidamente, ambos concluyeron que pronto podría empezar a llover y decidieron retirarse a la casa del primero para seguir la plática y tal vez ver caer la lluvia.
El señor Martínez sin conocimientos científicos o académicos, sabe por experiencia que después de que se nubla el cielo, por lo general empieza a llover; su bisnieto, está perfectamente enterado de que el choque entre nubes con diferente carga de energía provoca una serie de reacciones físico-químicas que originan la lluvia. Probablemente cuando lleguen a casa, el bisnieto esté ansioso por explicarle al señor Martínez la naturaleza y complejidad de circunstancias que están alrededor del fenómeno de la lluvia; pero puede ocurrir que a su bisabuelo sólo le interese no mojarse.
Pero alejándonos de los motivos de cada uno, apreciemos que la conclusión de ambos fue la misma: prevenir una ensopada, es decir, al margen de la profundidad de conocimientos acumulados sobre el mismo fenómeno, ambos coincidieron.
Ahora bien, pongamos por caso que fue el bisabuelo el que propuso que se marcharan y que, por la mente de su bisnieto pasara la idea de haber apreciado a dos nubes que por su apariencia no provocarían lluvia por tener cargas de energía iguales, pero que por su extensión y densidad aparentaron lo contrario. Pudo haber ocurrido que decidiera no explicarle a su bisabuelo las probabilidades que en su mente se barajaron, y decidiera respaldar la propuesta del viejo Celedonio.
En ambos casos, el Sentido común apareció; en primer lugar, el del bisabuelo por su experiencia al observar el cielo; en segundo, el del bisnieto al saber por conocimiento del clima, que era una posibilidad real que lloviera; en tercer lugar, porque no había necesidad, por parte del bisnieto, de forzar una explicación científica en ese lugar, ya que podría hacerlo en la casa, al amparo de la tranquilidad de su bisabuelo.
Este breve episodio sirvió para exponer que el Sentido común no depende, por completo, del conocimiento compartido entre dos personas, y sin embargo nos revela un factor no contemplado hasta ahora, Serendipia: que este Sentido está estrechamente relacionado con el sentimiento de seguridad de las personas.
El Sentido común se manifiesta deforma distinta cuando un cúmulo de experiencias está enriquecido por conocimientos homogéneos entre dos individuos.
Ejemplo 2
Hace algunos años, en el restaurante Madero, en el Kilómetro 0 de la Ciudad de México, llegaron a comer dos economistas, amiguísimos de toda la vida, pero con una distinta formación académico-ideológica.
Después de comer, uno de ellos comentó que era correcta la decisión del Gobierno de buscar el crecimiento a partir de la inversión privada y todas las desregulaciones que ello implicaba; el otro, argumentó que lo sano para la economía sería que aquél asumiera las inversiones para que el Estado mantuviera la rectoría económica del país. El uno aseveró que tarde o temprano dicha rectoría se vería debilitada por el déficit fiscal que ello acarrearía, ya que la recaudación fiscal es precaria. El otro arguyó que una reforma fiscal sería procedente para reducir la elusión y la evasión fiscales...
Total, que después de tomar la copa, seguían con la discusión. Ninguno había logrado convencer a su interlocutor, si es que abrigaban esa convicción, aunque lo dudo porque como les comentaba, tenían años de conocerse.
Se retiraron a sus casas, con la intención de volver a reunirse. Estos economistas seguirán discutiendo durante toda su vida.
Es curiosa la manera en que el Sentido común se manifestó en este caso. Después de la argumentación del uno, el otro respondía concediéndole a su interlocutor una porción de razón, y la utilizaba para retroalimentar su refutación.
Hay aspectos finos de la economía que les son propios a las diversas corrientes, es decir, que existen al margen de cualquier interpretación tales como la inversión, la inflación, el crecimiento económico, etcétera, son fenómenos que suceden y punto; ya depende del tipo de enfoque, desarrollar la causalidad de cada uno de los sucesos mencionados.
Ambos economistas pisan el mismo piso conceptual (que no el mismo piso causal), pero tenían que permitir que su escucha diera un paso argumentativo para evidenciar que pudo haber dado otro con mejores resultados. Aquí el Sentido común sirvió como catalizador de la charla, y en última instancia como el engarce que aseguraría un próximo encuentro. Este tipo de discrepancias llevadas al extremo son capaces de distanciar a cualquier tipo de personas.
La convivencia humana ya sea fraternal, familiar o amorosa, es un sistema intelectual, pero no otro más, creo que es, por excelencia, el sistema propio del Sentido común.
Ya había mencionado que este Sentido está estrechamente relacionado con el sentimiento de seguridad, y qué mayor instancia que la familia, los amigos o nuestra pareja para sentirnos así.
En el primer ejemplo, fue la procuración de la seguridad del bisabuelo para que no se mojaran; la del bisnieto, la de evitar, no obstante la explicación de sus razones al bisabuelo, el sentimiento de inseguridad de éste.
El segundo caso versó sobre la seguridad, no la de tener la razón, sino de no llegar a la crispación con un amigo del alma.
Aunque sólo se trata de dos ejemplos arbitrarios elegidos por este redactor, que a lo mejor al elegirlos no tuvo el Sentido común para asegurarle al lector una buena ejemplificación.
Antes de concluir esta primera entrega, el redactor se atreve, de manera temeraria, a establecer una primera delimitación de Sentido común: es un sistema de seguridad. Fuera de esa definición, me atrevo a sugerir que dicho Sentido guarda una estrecha relación con el instinto animal, acaso su forma más elaborada.
Este Sentido está inmerso en todas las áreas del aprendizaje y conocimiento humanos, y es corresponsable directo de la trascendencia armoniosa de cualquier sistema intelectual. Por este último entiendo un conjunto de pasos ordenados y consecutivos que tienen como finalidad delimitar una faceta individual o social en un momento y lugar determinados.
Hasta acá, hemos observado con diferente detalle dos grados de intensidad de este Sentido; ahora es momento de verificar su validez y alcance en otros sistemas intelectuales: las Ciencias factuales y el Derecho.
La intención de esta primera entrega es reivindicar la importancia que tiene el Sentido común en nuestras vidas; no sólo en las interacciones familiares, fraternales y/o profesionales, sino también en el terreno del conocimiento y su constante expansión. En la Segunda Parte (28 de septiembre), se pondrá énfasis en las áreas de las Ciencias factuales y el Derecho. Particularmente porque en estas dos ramas del conocimiento humano, a diferencia de otras como la Política, la Sociología o la Economía, la trascendencia del Sentido común no es tan nítida o es común no darle la jerarquía que merece.
Antes de entrar en materia, es conveniente exponer una definición general del Sentido común:
“…un saber muy elaborado, que inconscientemente utiliza representaciones complejas, de origen histórico y social y expresadas por el lenguaje; la experiencia empírica, el sentido común del hombre de la calle persuadido de no tener ninguna idea preconcebida, arrastra de hecho, inconscientemente un bagaje conceptual que tiene una larga historia detrás de él, producto de la educación, del ambiente social, etc. La psicología moderna ha demostrado claramente la inanidad mítica del hecho puro; el hombre más primitivo juzga cualquier acontecimiento, cualquier ser, en función de un mundo de representaciones, sin hablar de los arquetipos inconscientes que de vez en cuando pueden aflorar a la conciencia.” (Wikipedia)
Empezaremos por decir que el Sentido común nos facilita la vida porque muchas veces sin agotar un tema, una discusión o un debate, y por medio de su posposición o reubicación en un terreno “neutro”, respecto a lo que se trate, suele aparentar que lo resuelve en tanto se dan las condiciones necesarias para una real solución, si es que existe tal cosa. Esta es una virtud inigualable del Sentido común y, sin embargo, tan poco percibida.
Tendríamos que insistir en que el Sentido común, al igual que todas las representaciones intelectuales que elaboran las personas, no es una entelequia estática, sino que al depender de la experiencia de uno y/o varios individuos, el acervo de configuraciones del mundo que los rodea va cambiando y se va enriqueciendo al ritmo de cada persona o grupo. El elemento dinámico de este Sentido le es imprescindible.
También es menester advertir que el Sentido común al estar, en parte, nutrido por el cúmulo de experiencias individuales y sociales, diferirá no sólo en tiempo y espacio, sino también entre individuos (subgrupos sociales) de una misma sociedad. Esto no es un dique insalvable dado que no es exactamente una comparación entre cúmulos de conocimiento o de experiencias, sino una comparación entre la representación de elementos comunes en el individuo o entre individuos.
Ejemplo 1
Cuando Celedonio Martínez, campesino del Municipio de Cuahuistla, Cuautla, Morelos, en compañía de su bisnieto, meteorólogo egresado de la universidad, observaron el cielo y distinguieron con calma que se nublaba rápidamente, ambos concluyeron que pronto podría empezar a llover y decidieron retirarse a la casa del primero para seguir la plática y tal vez ver caer la lluvia.
El señor Martínez sin conocimientos científicos o académicos, sabe por experiencia que después de que se nubla el cielo, por lo general empieza a llover; su bisnieto, está perfectamente enterado de que el choque entre nubes con diferente carga de energía provoca una serie de reacciones físico-químicas que originan la lluvia. Probablemente cuando lleguen a casa, el bisnieto esté ansioso por explicarle al señor Martínez la naturaleza y complejidad de circunstancias que están alrededor del fenómeno de la lluvia; pero puede ocurrir que a su bisabuelo sólo le interese no mojarse.
Pero alejándonos de los motivos de cada uno, apreciemos que la conclusión de ambos fue la misma: prevenir una ensopada, es decir, al margen de la profundidad de conocimientos acumulados sobre el mismo fenómeno, ambos coincidieron.
Ahora bien, pongamos por caso que fue el bisabuelo el que propuso que se marcharan y que, por la mente de su bisnieto pasara la idea de haber apreciado a dos nubes que por su apariencia no provocarían lluvia por tener cargas de energía iguales, pero que por su extensión y densidad aparentaron lo contrario. Pudo haber ocurrido que decidiera no explicarle a su bisabuelo las probabilidades que en su mente se barajaron, y decidiera respaldar la propuesta del viejo Celedonio.
En ambos casos, el Sentido común apareció; en primer lugar, el del bisabuelo por su experiencia al observar el cielo; en segundo, el del bisnieto al saber por conocimiento del clima, que era una posibilidad real que lloviera; en tercer lugar, porque no había necesidad, por parte del bisnieto, de forzar una explicación científica en ese lugar, ya que podría hacerlo en la casa, al amparo de la tranquilidad de su bisabuelo.
Este breve episodio sirvió para exponer que el Sentido común no depende, por completo, del conocimiento compartido entre dos personas, y sin embargo nos revela un factor no contemplado hasta ahora, Serendipia: que este Sentido está estrechamente relacionado con el sentimiento de seguridad de las personas.
El Sentido común se manifiesta deforma distinta cuando un cúmulo de experiencias está enriquecido por conocimientos homogéneos entre dos individuos.
Ejemplo 2
Hace algunos años, en el restaurante Madero, en el Kilómetro 0 de la Ciudad de México, llegaron a comer dos economistas, amiguísimos de toda la vida, pero con una distinta formación académico-ideológica.
Después de comer, uno de ellos comentó que era correcta la decisión del Gobierno de buscar el crecimiento a partir de la inversión privada y todas las desregulaciones que ello implicaba; el otro, argumentó que lo sano para la economía sería que aquél asumiera las inversiones para que el Estado mantuviera la rectoría económica del país. El uno aseveró que tarde o temprano dicha rectoría se vería debilitada por el déficit fiscal que ello acarrearía, ya que la recaudación fiscal es precaria. El otro arguyó que una reforma fiscal sería procedente para reducir la elusión y la evasión fiscales...
Total, que después de tomar la copa, seguían con la discusión. Ninguno había logrado convencer a su interlocutor, si es que abrigaban esa convicción, aunque lo dudo porque como les comentaba, tenían años de conocerse.
Se retiraron a sus casas, con la intención de volver a reunirse. Estos economistas seguirán discutiendo durante toda su vida.
Es curiosa la manera en que el Sentido común se manifestó en este caso. Después de la argumentación del uno, el otro respondía concediéndole a su interlocutor una porción de razón, y la utilizaba para retroalimentar su refutación.
Hay aspectos finos de la economía que les son propios a las diversas corrientes, es decir, que existen al margen de cualquier interpretación tales como la inversión, la inflación, el crecimiento económico, etcétera, son fenómenos que suceden y punto; ya depende del tipo de enfoque, desarrollar la causalidad de cada uno de los sucesos mencionados.
Ambos economistas pisan el mismo piso conceptual (que no el mismo piso causal), pero tenían que permitir que su escucha diera un paso argumentativo para evidenciar que pudo haber dado otro con mejores resultados. Aquí el Sentido común sirvió como catalizador de la charla, y en última instancia como el engarce que aseguraría un próximo encuentro. Este tipo de discrepancias llevadas al extremo son capaces de distanciar a cualquier tipo de personas.
La convivencia humana ya sea fraternal, familiar o amorosa, es un sistema intelectual, pero no otro más, creo que es, por excelencia, el sistema propio del Sentido común.
Ya había mencionado que este Sentido está estrechamente relacionado con el sentimiento de seguridad, y qué mayor instancia que la familia, los amigos o nuestra pareja para sentirnos así.
En el primer ejemplo, fue la procuración de la seguridad del bisabuelo para que no se mojaran; la del bisnieto, la de evitar, no obstante la explicación de sus razones al bisabuelo, el sentimiento de inseguridad de éste.
El segundo caso versó sobre la seguridad, no la de tener la razón, sino de no llegar a la crispación con un amigo del alma.
Aunque sólo se trata de dos ejemplos arbitrarios elegidos por este redactor, que a lo mejor al elegirlos no tuvo el Sentido común para asegurarle al lector una buena ejemplificación.
Antes de concluir esta primera entrega, el redactor se atreve, de manera temeraria, a establecer una primera delimitación de Sentido común: es un sistema de seguridad. Fuera de esa definición, me atrevo a sugerir que dicho Sentido guarda una estrecha relación con el instinto animal, acaso su forma más elaborada.
Este Sentido está inmerso en todas las áreas del aprendizaje y conocimiento humanos, y es corresponsable directo de la trascendencia armoniosa de cualquier sistema intelectual. Por este último entiendo un conjunto de pasos ordenados y consecutivos que tienen como finalidad delimitar una faceta individual o social en un momento y lugar determinados.
Hasta acá, hemos observado con diferente detalle dos grados de intensidad de este Sentido; ahora es momento de verificar su validez y alcance en otros sistemas intelectuales: las Ciencias factuales y el Derecho.
5 comentarios:
Coltrane leo tu articulo y creo que necesitas definir precisa y puntualmente lo que tu definición significa, no puedes aseverar abiertamente que es un sistema de seguridad, debes de darle un sentido mayor, ademas para otros casos, sobre todo en el Derecho, lo que tu llamas Sentido Comun, se puede entender como Tradición o como Usos y Costumbres.
Saludos
Claro el grado de intensidad lo haces con base en dos ejemplos que por muy dispares que sean no tienen mucho de verificable, son empiricos y no dicen mucho mas que opiniones personales creo que debes de hacer un analisis mas amplio si pretendes hacer algo mas atrevido.
Te recomiendo que leas algo de psicologia cognositiva
Estimado Coltrane-Zafreth:
Se agradecen tus comentarios. Con respecto al primero de ellos, es preciso reiterarte que se trata de la primera parte, en donde el objetivo es poner de relieve al Sentido común; en segunda instancia, la definición, cualqioer definición forma parte de las conclusiones o puede ser expresada como hipótesis, es por ello que escribí que me "aventuraba" a decir que era un Sistema de seguridad, así, en términos generales, y lo hice bajo la forma de hipótesis; la segunda entrega confirmará o negará dicha hipótesis; pero no pretendo agotar el tema en unas cuantas cuartillas puesto que el tema da para un libro, incluso.
En el Derecho o las Ciencias factuales, este Sentido permanece, y si no lo he establecido, es precisamente porque como anuncio al principio del posteo, lo abordaré en el texto del 28 de septiembre. Por lo demás, tú, como abogado me asesoraste hace un par de años, cuando empecé a redactar este texto (ya se te olvidó, Coltrane????).
En cuento a tu segundo comentario, en donde aseveras que no tienen mucho de verificable, déjame decirte que son casos reales. Y por supuesto que son empíricos, de qué otra manera podría ejemplificar, recuerda que el ejercicio de la teoría parte de la experiencia, particularmente en las áreas de humanidades.
Por otra parte, claro que es una opinión lo expuesto, no estoy defendiendo la postura de ningún espcialista, sólo mi humilde perspectiva sobre este Sentido que nos es indispensable; el rigor serámejor dejarlo para una investigación más en forma.
La pretención del posteo es poner de relieve que incluso en sistemas intelectuales complejos, dicho Sentido es trascendental.
Finalmente, en lo que concierne a tus recomendaciones sobre la lectura de Psicología cognoscitiva, haré caso, lo prometo solemnemente; incluso lecturas sobre Psicología cognitiva, que no es lo mismo, eh Coltrane, pa que te eduques, je.
Saludos.
miralo miralo, derramando sapiencia como siempre, salU2
Hola, muy interesante el articulo, felicitaciones desde Colombia!
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