sábado, 28 de julio de 2007

Apuntes Sobre Fidel y Cuba a 54 Años del Asalto al Cuartel Moncada

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Abstract: This time I dedicate this post to Cuba. Past July 26, they celebrate the Assault to Moncada quarter. I take advantage of that to write about Fidel and Cuba. I sustain that Cuba has one of the most incredible opportunities to grow up in all senses, they have high educational, healthy and alimentary levels, and extraordinary human capital with technical an scientific knowledge. But, always we have a but, the American obstructed represents a hard brake for its growth.

Also, you can download an excellent CD Voice by Capability Brown. 1973 was the year when this band recorded this gem. Song five, Circumstances, is extraordinary.
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Excelente material discográfico de la banda Capability Brown, 1973. Este disco, Voice, me parece muy completo y la canción cinco, Circumstances, es de lo mejor que he escuchado, muy buenos coros. Una rareza entre las rarezas. Es un must have.
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DESDE HACE años, uno de los temas que más enciende las charlas es Cuba. Tengo una opinión sobre este asunto, y creo que el pasado 26 de julio, que se celebró otro año más el asalto al cuartel Moncada, es un buen pretexto para relatarla.

Fidel
Abordaré el asunto desde la figura de Fidel que no debiera ser juzgada tan a la ligera. Tienen razón en varios puntos tanto retractores como simpatizantes. Se trata de un personaje al que le quedan varios apelativos: líder, estadista, revolucionario, dictador; algunos de ellos contradictorios. En todo caso habría que preguntarnos ¿cómo abordamos a Fidel Castro y a Cuba, cómo críticos de un político y su país que no es el nuestro, pero admirable en ciertos aspectos y deplorable en otros, como un modelo a seguir o algo muy personal? Es importante tener identificado lo anterior si no queremos caer en una Babel, que es como suele terminar una charla sobre estos símbolos, porque en definitiva, al entrar a esta discusión estamos ante la vieja díada izquierda y derecha.

Castro se ha mantenido en el poder desde hace casi cincuenta años. En ese trayecto, las formas del capitalismo mutaron de manera importante: hasta mediados de los setentas, se practicaba un capitalismo anclado en el Estado; hoy en día, el capitalismo tiene varios anclajes que incluyen a los corporativos transnacionales, es decir, los juicios de valor en materia política y económica, se han modificado, aunque la actitud de Estados Unidos es la misma.

Desde la perspectiva cultural, la globalización se ha sobrepuesto al concepto de país, esto es, que se cree que se puede juzgar todo bajo un mismo parámetro cultural, y no es así. Porque este es otro problema importante, ¿cómo la cultura determina el éxito o fracaso de un modelo económico?, es decir, ¿es el modelo económico o la política económica capaz de transformar patrones culturales, o son éstos los que la dictaminan? Vayamos más fondo, ¿la cultura, que adquiere matices en cada país, pero que conserva ciertos ejes en todo occidente, es capaz o ha sido responsable de que el capitalismo haya proliferado y los diferentes intentos de socialismo hayan fracasado o estén fracasando? Bueno, habrá que abordar estas cuestiones en otro lugar.

Entre otras cosas, me parece que occidente quiere fuera a Fidel porque es una especie de político en extinción: líder y revolucionario, mismo que se contrapone, salvo excepciones, a los presidentes democráticos. Digamos que el Comandante Castro, por lo menos, pone en tela de juicio la creencia de que la democracia contemporánea sea el único camino para legitimar el poder de un gobierno.

El gobierno de Fidel Castro o su dictadura ha transformado a ese país, sus entrenadores deportivos son contratados por todo el mundo, sus deportistas, muy solicitados. En el campo de la medicina van a la vanguardia en varias áreas de investigación, incluyendo el cáncer. No hay hambre, no hay analfabetismo y la desigualdad no es una bomba de tiempo como en otros países.

Cuba
Desde mi punto de vista, la labor del gobierno cubano en lo referente al desarrollo social elemental y del fomento de capital humano, ha sido exitosa. En casi 50 años ese país ha alcanzado las condiciones alimenticias, educativas y de salud, para pasar a otra etapa en donde sus habitantes puedan desplegar todo su potencial técnico y científico, aunque esa etapa implica la eliminación del embargo económico.

En este sentido, no sabemos qué vaya a pasar en Cuba después de Castro Ruz, salvo que su hermano asumirá el poder. Sin embargo, tienen la oportunidad y la capacidad de dirigir su tránsito (si es que van a transitar) hacia donde quieran; tienen los elementos humanos para ser en poco tiempo, el segundo país hispano parlante de primer mundo; pero esa posibilidad se le puede ir de la mano al gobierno cubano, y el embargo económico que les impuso Estados Unidos, es un obstáculo gravísimo que no le da mucho margen de maniobra al gobierno de este país.

Lejos de ser una vindicación, lo anterior es parte de una realidad ineludible. Por otra parte, estoy seguro que muchos de nosotros –me incluyo–, no estaríamos dispuestos a irnos a vivir a Cuba tan sólo por el hecho de que han logrado más que los gobiernos “democráticos” del resto de los países latinoamericanos, en materia de desarrollo social, me atrevería a decir que probablemente seríamos balseros. Esto tiene que ver con la civilización occidental prevaleciente en el mundo. Los estándares de vida a los que todo mundo aspira, incluyendo a muchos de los cubanos de hoy, tienen que ver más con el privilegio que con la igualdad.

Creo que desde nuestra cultura mexicana (y todo lo que ello implica) no aspiramos a un sistema político como el cubano, pero sí a uno que procure menor desigualdad económica. Pienso que en México es posible combinar de mejor forma la libertad que pregona la derecha moderada, con la igualdad que reclama la izquierda moderada. ¿De qué nos sirve la libertad para hacer, si no tenemos los medios en donde ejercerla; de qué nos sirve la igualdad si no es en las oportunidades para desarrollarnos, en un contexto de competencia?

Para después del embargo...
Si realmente quisiéramos ayudar con eficacia al gobierno cubano, podríamos exportarles el Instituto Federal Electoral con todo y Ugalde. Un sistema electoral que presume un margen de error menor al de los europeos, debe ser envidiable. También podría ser el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y a su lidereza la profesora Elba Esther; en unas semanas, reformarían al sistema educacional cubano. Para organizar un sistema de partidos políticos civilizados, podríamos enviarles a Jesús Ortega, René Bejarano y Manuel Espino como teóricos, y a Federico Döring como portavoz. Para elaborar una ingeniería bancaria y financiera de primer mundo, les enviaríamos a Cabal Peniche e Isidoro Rodríguez, El Divino y de comisionado de delitos financieros a Jorge Lankenau.

sábado, 21 de julio de 2007

La Báscula y la Gravedad

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Abstract: Gravity and Bascule, two items to feel the world. This text is a refection about our way of life, the way to look everything around us. Some things have to be illogical to understand it; others, extraordinaries. The most times, we need that everything be on their place. We have afraid of differences, we exclude people, ideas, projects or anything that look different. But I think we need that kind of elements to survive in this world: differences identified us as equals.

Also, you can download a CD from Arthur Brown (Kingdome Come, 1972). For collectors and musical explorers.
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Este disco está dedicado a mi amigo Gerardo María (Tlacuiloco) que le gustan las rarezas (musicales, preciso, ... bueno eso creo, jeje). Arthur Brown Kingdome Come, una joyita desconocida de la Inglaterra del año 1972. Para coleccionistas y exploradores. Encontrarán matices zappeanos.
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ME DIRIGÍ a la cocina dispuesto a servirme un poco de café, cuando me encontré una hoja seca de la higuera que está en el jardín de mi casa. Estaba sobre la Báscula de plástico con la que mi abuelo solía aquilatar las cantidades de harina y royal para preparar los pasteles, cada vez que alguien de la familia cumplía años. Lo insensato fue que ese instrumento de medición indicaba que el peso de la hoja seca era de cinco kilogramos – de antemano declaro que el redactor llegó a su casa sin haber ingerido estimulante alguno –.

Retiré la hoja de higo que tiesa guardaba su rígida estructura, su olor era normal, recuerdos de humedad y tierra y polvo. Ahora la Báscula estaba en cero. De mi bolsillo saqué una moneda de diez pesos y la puse sobre ese recién misterioso artefacto; la ceja indicó cero. Aislé la moneda y puse un vaso relativamente grande, mas nada, seguía en cero. Fui a la sala en donde tenemos una colección de piedras de río gastadas por el paso de aguas siempre distintas: la Báscula no se movía.

Como buen científico, seguí experimentando el funcionamiento de la Báscula con una gran variedad de objetos, y al cabo de media hora aventuré la primera gran hipótesis: ¡está descompuesta!

En mi mano izquierda sostuve la hoja seca y en la diestra, una piedra; todo normal, pesaba más esta última. Fui al estudio y encontré un poema de Mario Benedetti, lo coloqué sobre el artefacto, al cual en ese momento ya me negaba a llamar Báscula. El poema pesó cinco kilos (cabe agregar que es la masa máxima que puede aquilatar el instrumento en cuestión).

Me atreví a pensar que la fuerza de Gravedad habría cambiado, por alguna razón inhóspita, dentro de mi casa. Llevé el instrumento al patio, repetí de manera sistemática los procedimientos descritos arriba, pero los resultados fueron los mismos.

Sabido es que la fuerza de Gravedad varía según la parte del planeta en donde nos encontremos, por ello es que las básculas, al medir la fuerza que ejercen los objetos sobre la fuerza de Gravedad, deben calibrarse de distinta forma según el sitio.

¿Qué es lo que ocurría si en definitiva la Gravedad permaneció constante?, me cuestioné.

Recordé una película de Eliseo Subiela, El Lado Oscuro del Corazón 2, mientras regresaba a la casa. Algunos pasajes de aquélla tratan sobre la fuerza de Gravedad, pero como una metáfora del distinto peso que adquieren nuestras decisiones en diferentes etapas de nuestra vida, vaya, la libertad sabe diferente a los 20 años que a los 40.

Eso no explicaba lo que estaba ocurriendo con ese artefacto de medición. Sentí que debía llegar a una conclusión razonada que me permitiera interpretar de manera lógica un suceso extraordinario, por no decir ilógico. Así que recorté un montón de papelitos, y en cada uno de ellos escribí palabras diferentes y los pesé por separado. Algunos de los resultados fueron los siguientes:

Palabras/pesos en kilogramos: libro/5.0, cartera/0.0, cárcel/0.0, alas/5.0, odio/0.0, deseo/5.0, engaño/0.0, mentira/5.0, entre muchos más.

Argüí que esos resultados tenían mucho que ver con mi perspectiva del mundo, con el valor que le concedía y concedo a las cosas que escribí. Llamé por teléfono a mi tío Marcus Aurelius (alias Armando), ingeniero de profesión, y le comenté en cinco minutos todo lo acaecido durante las dos horas previas. Me explicó con detalle la historia de la Báscula, desde la balanza egipcia de dos brazos iguales, pasando por la romana de brazo corto y reglado, hasta llegar a la mecánica de resortes y, finalmente, las electrónicas que obedecen a la variación de resistencia eléctrica. Sin embargo, me aseguró que la existencia de mi Báscula era imposible.

Dando tumbos, entre la maravilla y lo ridículo, busqué la tranquilidad en la ubicua oscuridad de una noche sin luna

Desperté de mañana y con la angustia de suponer que fuera cierta la aseveración de mi sueño: el ser humano es un espejo desesperado por encontrar algo qué reflejar y sólo encuentra más y más espejos con ganas de fraguar un acontecimiento auténtico, original. Me levanté indignado; llegué a la cocina resignado, casi vencido por los ecos de ese sueño que ya me había tatuado la actitud.

Miré con Gravedad la ya intolerable Báscula... idee la tarea de computar con ella el peso del planeta. La tomé con mis manos como si de una reliquia milenaria se tratara, la elevé como un trofeo para ungirla con el trágico aire inmanente del mundo, la puse al revés sobre el suelo: 5.0 kilogramos.

sábado, 14 de julio de 2007

Melanchton

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Abstract: We continue with Alexander Botafogo’s saga. This time, we describe penultimate character from this story: Melanchton, one of three powerful entities that are looking for Alexander Botafogo since millenary ages. You can push on Alexander Botafogo’s tag, to have a complete overview from this saga.

Also, you can download a CD by Giles brothers and Robert Fripp (1968). It’s the musical previous work of King Crimson; a classical rock progressive band, leaded by Robert Fripp. This CD isn’t progressive rock; nevertheless, sounds pretty weird, and pretty well; just read the CD title: The Cheerful Insanity of Giles, Giles and Fripp. For music lovers and collectors.
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The Cheerful Insanity of Giles, Giles and Fripp (1968). Se trata de un material discográfico rarísimo y casi olvidado, ya que precedió en tiempo a la obra: In the Court of the Crimson King, probablemente el mejor disco de Rock Progresivo, de la afamada banda King Crimson. Para amantes de lo desconocido y coleccionistas.
Descarga aquí el disco / Download CD here
Descarga aquí también / Download here too
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Carta Abierta recomienda: Frikipedia, enciclopedia digital para erúditos, tan es así que la Wikipedia parece de niños: revisen las definiciones de países como México, Argentina, España, Chile, Perú, entre otros; las de grupos como Led Zeppelin o qué es un Blog. Todos los temas.
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CORRÍA CON tremenda habilidad sobre un pedregal; le agradaba sentir el viento contra su cara, la frescura que éste producía en sus sienes húmedas por el sudor. Corría con su corazón más que con sus piernas.

Vio el sendero que parecía infinito y recto. Se le ocurrió que el cerebro y el corazón, sincronizados, eran una dupla superior: el primero decide las acciones y objetivos; el segundo, los ejecutaba. Luego previó que esa idea era una trivialidad fomentada por la angustia más que por la esperanza.

No supo en qué momento, el simple acto de correr se tornó en una persecución en la que él era el perseguido; luego, la persecución se transformó en huída. Una persecución, es un juego de seducción o disuasión en el cual, persecutor y perseguido, comparten una serie de intereses. La huída aparece cuando la seducción se convierte en acoso o la disuasión, en imposición. Pero él, sólo sabía que huía, pero no de qué o de quién; en algún momento, intuyó una presencia, como un Big Brother que en la penumbra trama y manipula tus días y tus deshoras.

Mientras huía, de la bolsa del pants, sacó el celular y marcó diez dígitos. No más de diez segundos esperó y alguien respondió.

Una voz somnolienta, preguntó –¿Sí, quién habla? Con agitada voz él decía –Soy yo, Ildefonso. Pero eso no puede ser... yo soy Ildefonso, ¿quién habla? –volvió a inquirir, extrañado–.

–Mira, realmente no importa mucho... estoy en tu sueño, soy tú. Recuerdas un sueño donde vas corriendo con el pants azul, sobre un pedregal. –Intrigado, Ildefonso respondió –Justo me has despertado de él. –Ildefonso, estoy huyendo de alguien y no tengo la menor idea de quién se trate, pero en verdad que me siento amenazado, tengo miedo... vos que ya soñaste este sueño dime de qué se trata –desesperanzado más que desesperado, le solicitaba la información–.

Ildefonso ya se había puesto de pie. –Cálmate, cálmate, no pasa nada... no pasó nada, sé cómo terminó ese sueño. –No puedo tranquilizarme, me siento amenazado. –A ver, dime qué es lo que ves para saber en qué parte del sueño estás.

–El sendero hace rato era recto y estaba despejado, pero ahora se bifurca y está rodeado de arbustos. –Claro, claro. Pronto verás a un hombre con barba blanca y gabardina; es Alexander Botafogo, cuando te acerques a él, ahí acaba el sueño; bueno, ahí me despertó tu llamada.

Él seguía huyendo, jadeaba y sudaba; por lapsos, a Ildefonso le costaba trabajo entender lo que le decía él. –Sí, creo que ya lo veo, tiene sombrero también, no? –Sí, sí, es él, quédate con él. Hace unas semanas una señora me encomió a que buscara a ese Botafogo, que era imperativo que hablara con él. Cuando lo vi, supe que era él; luego me acerqué, y ahí me despertaste.

Las bifurcaciones se multiplicaban, nada era estático ya, incluso el sendero mutaba como una gesticulación artificial.

–¡Espérate, ya no está, Botafogo se alejó del sendero! Ya no son arbustos los que rodean el camino, son árboles, ... esto ya es un bosque –de la agitación y desesperó, él pasó al temor–.

Fue cuando Ildefonso se percató de que estaba despierto, y platicando con el sueño de él en un sueño. Se sintió ridículo, estafado por esa mañana nublada. Se asustó al entender la situación; luego pasó a la incredulidad y, finalmente, a una tolerancia fuera de lugar. Un vértigo lo abrumó porque para él, el sueño había terminado abruptamente al acercarse a Botafogo; sin embargo, lo que él en su sueño se relataba por teléfono, no estaba previsto. Con temor preguntó:

–¿Qué pasa, qué estás haciendo?
–Me he detenido... ya no hay sendero que recorrer.
–¿Ya nadie te persigue?
–Se acabó mi huída, lo sé... alguien está aquí, pero no lo veo... Espera, creo que veo a Botafogo al final de estas escaleras.
–Ve con él... háblale.
–Sí, deja subo las escaleras; son muchas.

Después de un par de minutos de espera, de haber escuchado por el auricular cómo subía las escaleras, demasiados escalones, demasiados jadeos, oyó el celular caer; también se escuchó un cuerpo que caía por las escaleras. La comunicación se cortó. Ildefonso, marcó diez dígitos.

–Bueno, ¿eres tú?
–Una voz gélida y grave aseveró. –No, soy Melanchton y vos, ... vos ya estás muerto.

Ildefonso se quedó estupefacto y en ese momento despertó. Lo invadió una turbia tranquilidad; al fin adivinó que había estado despierto dentro de otro sueño. Se levantó y fue al espejo que está en el tocador. Se miró, estaba sudando y agitado; arrojó una sonrisa de esas que no convencen. Pensó en escribir lo acontecido en sus sueños. Fue interrumpido cuando en la habitación entró un niño.

–Papá, papá, en la verja está un señor que dice que vende seguros. Ildefonso se asomó por la ventana de su dormitorio. Vio un hombre con gabardina y sombrero, con un portafolios en la diestra y un pequeño objeto que no atinó a adivinar, en la otra mano –Dile a tu madre que le diga que por el momento no queremos... que le diga que no. –Mi mamá salió. –señaló el infante que ya abandonaba la habitación–.

Ildefonso agarró el teléfono y marcó a su teléfono móvil, éste dio línea. Con un terror que segundo a segundo se fue convirtiendo en resignación, observó como ese hombre se llevaba la mano izquierda a la cabeza.

–Bueno, ... ¿Ildefonso?
–No, ... Melanchton.

sábado, 7 de julio de 2007

Del Proceso Creativo: El Impulso Vital

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Abstract: This narration represents Big Bang as metaphor of human creative process. For example, writers use tattooing the rest of their tales, since the beginning; each word, clause or paragraph, contain echoes from their vital impulse as Big Bang. Some times, writers facing their own black holes, those moments where they can’t continues their work: letter by letter, words disappear; muse after muse, inspiration go away. But it doesn’t matter because black holes’ writers represents too, a new opportunity to continue or to create.

Also, you can download an amazing CD by Jorge Pinchevsky and The Samovar Big Band (1995): Blues, Rock and Roll, Jazz, Tango, Rumba, And one of the best contemporary violinist: Pinchevsky
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Quiero agradecer a mi amigo Osvaldo Drodz por compartirme este excelente material discográfico de Jorge Pinchevsky y La Samovar Big Band. Se trata de un disco de 1995 en donde hay temas de Rock and Roll, Blues, Jazz, Tango y Rumba, pero ante todo una excelente ejecución de todos los músicos, en donde sobresale el violín de Pinchevsky. Es una recomendación de Carta Abierta tipo: mmm... pues ya no sé ni que frase poner, pero es de colección.

Descarga el disco aquí / Here download CD
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Este post está dedicado a Lilith-Gatuna que se enfrenta a uno de esos hoyos negros emocionales, desde donde todo es posible de nuevo.
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CUANDO ASISTIMOS a alguna reunión fraternal o familiar, los temas para inventar discusiones están a la orden del día. Existen temas para conciliar, para polemizar; anécdotas para reír, para sentir compasión, etcétera. Hay uno que otro tema de conversación que encierra todas las posibilidades mencionadas. Los cigarros y las botellas no faltan; tampoco los abstemios.

Hace unos días no pude asistir a una reunión con algunos amigos... para ser franco, la reunión era en mi casa y tuve que cancelarles a todos por una insolente invasión de virus mutados por los fármacos actuales y las automedicaciones cotidianas, que no me dejaron en paz durante más de una semana.

Justo es decir que a aquéllos les debo estas líneas.

Estaba encamado y con algo de temperatura cuando empecé a reflexionar sobre los momentos en que los escritores son más prolíficos. Pensé en mi caso, en el de mi primo Coltrane, en el de Ulises; intuí alguno de David Márquez, y otro de Carlos Fuentes. Esa profusión de personajes provocó una divagación que es mejor no reproducir acá.

Recordé algunas palabras de Serrat al respecto, él sostiene que el acto de componer lo fundamentan dos elementos: las musas y la dedicación; 20 por ciento las primeras y 80 por ciento, la segunda; así de contundente fue Joan Manuel.

Pienso que el acto de la creación es uno de los quehaceres más bellos de que es capaz el ser humano, si no es que el más, o mejor: sublime. Hablo de las artes, de las ciencias, del amor. Entonces, deduje que esos actos son una imitación de la creación del Universo, sí, el Big Bang.

Pongamos el caso de un cuento. La idea primigenia, la que provoca en el escritor la intención de tomar la pluma y el papel o el teclado de la PC. Desde el primer momento el escritor sabe cómo empezar lo que quiere escribir; menos veces, cómo lo va a terminar, pero eso es lo de menos cuando ese Big Bang ya ha ocurrido. Hay ocasiones en que la trama lo va llevando a uno por lugares inexplorados, frases irreconocibles, incluso palabras jamás pronunciadas.

A la Gran Explosión que dio vida al tiempo y espacio de nuestro cosmos, nunca se le ocurrió, por lo menos no con palabras humanas, que algunas de sus consecuencias terminarían por ser galaxias, estrellas, planetas, satélites, asteroides, cometas o agujeros negros. Así pasa con las palabras que conocemos en un momento dado, no sabemos si van a conformar frases, oraciones, fábulas, cuentos, crónicas, novelas o poemas; vaya, si terminarán en párrafos que provocarán risas o llanto.

El lenguaje de ese hacedor de estrellas stapledonianas es inconmensurable, insondable; sólo nos resta aproximarnos a él por medio de nuestros sentidos. Nuestro lenguaje no tiene esas características, pero ha demostrado parecer infinito, hasta el momento.

Ese impulso vital que es la creación universal signó para siempre con su eco todo lo que de él devino, la prueba es eso que se denomina el ruido de fondo; de la misma manera, la obra del escritor queda tatuada irremediablemente por su impulso vital. En cada idea, párrafo, capítulo, rima o verso, quedan los ecos de ese primer instante, y lo que lo hace humano es su intencionalidad. La Gran Explosión inhumana e intolerable, sigue requiriendo procesos de percepción, cognición y concienciación distintos a los nuestros; de hecho esas tres palabras se acuñaron para referir, y sólo eso, los fenómenos que nos son ajenos hasta determinado momento personal o histórico.

Pero regresemos a nuestro escritor desvelado y desesperado por continuar con su propio Big Bang. Aquél, tiene intenciones y herramientas para moldear su obra, para jugar con ella y decidir, al fin, cuando es tiempo de terminarla. Claro, obvio, pero qué sucede cuando por azares o razones del destino, el creador cae en uno de esos agujeros negros como en este momento yo. Pasa que no sabemos que hay dentro de esos hoyos negros que no dejan escapar ni los fotones, es tanta su gravedad que en un momento dado de su vida se colapsan y se tragan así mismos; es lo único que sabemos de ellos, más nada. Estos momentos son fatales para el escritor porque no sabe qué es lo que sigue, no se le ocurre nada, a lo mejor olvidarse de su obra; pero no, eso no, jamás… De pronto surge la angustia de sospechar que esos hoyos se van a tragar todo nuestro trabajo, sus párrafos, oraciones y palabras, sus acentos, sus puntos y sus comas; hasta los paréntesis y guiones – que nos dan la oportunidad de señalarle algo al lector –.

Creo que podemos aventurarnos a imaginar que esos agujeros negros en el Universo muestran cierta incapacidad, o mejor aún, una Gran Explosión, que en efecto, no planeó nada, y demuestra nuestra tesis de que no posee una intencionalidad humana. Sin embargo, no faltará quien tache esta suposición de temeraria: ¿cómo cuestionar al Universo, cómo cuestionarlo desde nuestra incipiente sabiduría? Tienen razón, esto sólo demuestra que somos finitos en nuestras percepciones, pero infinitos en nuestras interpretaciones; que somos temporales en nuestro entendimiento, pero eternos en nuestras reflexiones. En última instancia, sólo demuestra que somos capaces de inventar lo que sucede en esos hoyos negros, superar esa gravedad y convencernos de que en ellos está el principio de otro impulso vital que nos dé la esperanza de que la vida puede continuar.